La «D» es muda. Review de Django Unchained.

Una vez más, Tarantino vuelve a llevar a la gran pantalla su particular estilo narrativo. Pese a compartir el nombre DJANGO, esta cinta nada tiene que ver con el conocido Western  de Sergio Corbucci de 1966, simplemente es un detalle anecdótico a modo de homenaje.

En esta ocasión la historia de venganza se situará en el salvaje oeste, ambientación que el conocido director nacido en Knoxville siempre había querido plasmar, solo hay que repasar su filmografía para darse cuenta de la obsesión del director por los spaguetti  westerns.

El personaje principal, Django (Jamie Foxx), es un esclavo que;  siendo liberado por el Dr. King Schultz (Christoph Waltz), se une a él para, primero, aprender el oficio de caza recompensas, y segundo, encontrar y liberar a su esposa  Broomhilda (Kerry Washington), también esclava.

La verdad iba con una idea muy concreta de como seria la película, prometía ser Tarantino en estado puro, lo que yo desconocía es que, quizás, ese estado puro no se había podido ver en sus filmes anteriores.

La película tiene una trama demasiado simple, en comparación a lo que nos tiene acostumbrado, un reparto mucho menor;  pero que desborda calidad. Tarantino sigue siendo un experto en alargar escenas, normalmente con resultados sublimes, pero en esta película, algunas resultan innecesarias y planas.

Lo más decepcionante llega cuando, en la escena de máximo clímax de la película, Tarantino nos ofrece un desenlace ilógico y absurdo, y a la vez desaprovecha a Di Caprio, en uno de sus mejores y más interesantes papeles (espero verlo de villano más a menudo).  Las escenas de acción no están nada mal, si es cierto que los chorros de sangre de 2 metros no pegan mucho con el ambiente de la película, pero es un detalle menor.

OJO SPOILERS A PARTIR DE ESTE PUNTO

Quizás lo que más he odiado de la película, aparte de esa “media película” a marchas forzadas; es como narices el personaje que interpreta Samuel L. Jackson, durante la cena, solo con un par de vistazos, no solo se da cuenta de que hay cierta complicidad entre Broomhilda y Django, sino que además, llega a la fabulosa y asombrosa conclusión de están casados, así, “a ojo”, de esta forma tan cutre se desvela la trama, esto queda muy muy forzado, un Tarantino escaso de ideas…

A partir de ahí la película se descontrola, parece que la dirige otra persona totalmente diferente, es cuando realmente Tarantino se “desencadena” y comienza a relatar una serie de despropósitos, entre otros, como los mineros esclavistas van a creer la palabra de un negro, teniendo en cuenta toda la ambientación de la película.

Otro detalle “triste”, es como finaliza la evolución del personaje de Django, convertido en los últimos 10 minutos de la película en el tio mas chungo del barrio, haciendo virguerías con el caballo y todo, “Fuck yeah!”, solo le faltaba un Cadillac Morado chillón con grandes amortiguadores y llantas de oro.

En resumen, como Western, los hay muchísimo mejores (Valor de Ley por poner un ejemplo). Como película de Tarantino, la más floja, la más simple, y la peor llevada.

En resumen, demasiado sosa para ser “una de Tarantino”.